La inteligencia artificial nació para facilitarnos la vida, pero su uso excesivo podría estar provocando el efecto contrario: el debilitamiento de la inteligencia humana. Así lo plantea la teoría de la “Ley de Reversión” del pensador Marshall McLuhan, que sugiere que toda herramienta, al ser usada de manera exagerada, termina generando el efecto opuesto al que fue diseñada.
El periódico The Conversation señala que la IA, lejos de ser una excepción, encajaría perfectamente en esa lógica. Pensada para ampliar nuestras capacidades, podría estar reemplazándolas. Si usamos ChatGPT u otros sistemas para idear, reflexionar o aprender por nosotros, ¿seguimos ejercitando realmente el pensamiento?
La inteligencia humana no es estática: se transforma, evoluciona o se atrofia según los estímulos. Como un músculo, se fortalece cuando se usa y se debilita cuando se abandona. Por eso, múltiples estudios médicos recomiendan la gimnasia mental como una forma de prevenir el deterioro cognitivo.
Pero cada vez más voces alertan de que estamos haciendo lo contrario. Desde 2015, ya se hablaba de “amnesia digital“, un fenómeno que describe la pérdida de memoria derivada del hábito de delegar la información en dispositivos y plataformas digitales. Y ese “efecto Google” –el saber que algo está disponible online, por lo tanto, no memorizarlo– ahora se expande con la irrupción de los sistemas generativos de IA.